Al finalizar el combate de fondo que disputaron el local Nicolás Lezcano y el tandilense Marcelo Mesa tras el veredicto de los jueces dictaminaron como ganador al tresarroyense en fallo divido, se desató una ola de reclamos de parte de allegados del púgil serrano que terminó en un verdadero escándalo, un hecho lamentable que no debió ocurrir.Como antecedente el año pasado cuando estos chicos se enfrentaron los jueces despojaron de una legítima victoria al tandilense y esta vez ocurrió este lamentable echo que terminó manchando lo que debió ser una fiesta.
El festival lo organizó la Comisión Municipal de Boxeo de Tres Arroyos, bajo la fiscalización del señor Miguel López Iquiña del municipio tresarroyense, un hecho lamentable que afortunadamente no pasó a mayores.
Hola Ricardo. Soy Claudio Menéndez de Claromecó. Quiero contar cómo se dieron las cosas en la velada en esta localidad. Los jueces de la pelea de fondo dieron por ganador a Lezcano, que al igual que el año pasado, a mi criterio (soy periodista hace casi 20 años, pero no me especializo en boxeo) fue injusto. Lo del 2010 fue una clara victoria de Mesa, y lo de 2011 cuanto mucho era un empate, pero nunca un trinfo para el local. Eso es lo que ví, y eso es lo que dije en la radio donde trabajo. Pero aquí viene lo otro: yo esa noche fui contratado como locutor del evento, por lo tanto mi rol era anunciar los combates y dar los resultados. Y lamentablemente la gente de Tandil se la agarró conmigo. Vinieron hasta la mesa de control y nos dijeron de todo, a mi y a un profesor de gimnasia que hacía de cronometrista. Desde luego que ninguno era jurado, por lo que no teníamos nada que ver con el fallo, y esto la gente habitué del boxeo tendría que saberlo. El locutor no pone puntos, no hace tarjetas, sólo lee lo que le dicen y nada mas. Entiendo la bronca, y es más, estoy de acuero con la protesta, repito, para mi no debía ganar Lezcano, ni en 2011 ni en 2010. Pero agredirnos a nosotros... realmente incromprensible, no la ligué por poco, y estuvo en riesgo mi material de trabajo, el micrófono, una cámara de fotos y un par de celulares que tuve que agarrar y salir lo más pronto de la escena. Lamentable de ambos lados, lo del fallo, y la actitud de esta gente. Y les cuento más, todavía no cobré el trabajo realizado aquella noche.
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